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http://wwwnocheeterna-fanfic.blogspot.com/Hola a tod@s  nuestros visitantes!!!!! debemos pedirles disculpas por no haber podido terminar con la historia y tenerla que dejarla en el aire, pero hemos estado super ocupadas y sin dada de tiempo, pedimos disculpas, ofreciendoles una actualizacion de nuevos y  renovados capitulos de la saga!!!!!

Disfrutenlos!!!!!!!!!!!! Alguna sugerencia o aclaración, ustedes saben el reto de la historia...

AQUÍ LES VA EL PRIMERO:!!!!!!

CAPITULO 1:

Desde la humillante -según Edward, gracias a mi escudo- retirada de los Volturis, mi vida como vampiro se había vuelto muy tranquila, todos los días disfrutaba de la compañía de mi ya no tan nueva familia y de mi hermosa hija y de noche no terminaba de saciar mi sed de Edward.



Todas la mañanas salíamos a la casa principal -Esme nos había vuelto a hacer otra casa ya que nos habíamos mudado a Monterreal, una ciudad ubicada al Norte de Canadá-. Pasábamos el día con toda la familia, Alice, Rosalie y Esme se deleitaban vistiendo a Renesme con toda la ropa que podía existir -para mi sorpresa Reneesme había sacado el gusto por la moda de Alice-.


Esa mañana en especial Renesmee había salido con sus tías y tíos de compras al centro, pero yo me había quedado en casa porque no disfrutaba mucho esas salidas, además de que sabía que Reneesme no correría peligro alguno.


Edward se había quedado en nuestra casa mientras yo despedía a Reneesme en la casa principal.


Luego de que se fueron me quede sola en la casa, Carlisle se había ido a trabajar al hospital, Esme se fue de voluntaria al hospital de Carlisle y Edward estaba en nuestra casa, no encontraba nada que hacer, así que empecé a ordenar la ropa que Renesmee donaría , usualmente Alice, Rosalie o Esme se encargaban de esto, pero como estaba tan aburrida decidí hacerlo yo misma, me tomé todo mi tiempo para clasificarla por tela, color y marca, aunque traté de tomarme todo mi tiempo posible, termine de doblarla en pocos minutos, como aún así seguía aburrida decidí llevar la ropa personalmente a la oficina de donaciones, así que le envié un mensaje a Edward para decirle donde estaba y me subí al Volvo plateado de mi esposo, porque pensé que llevar mi carro sería demasiado ostentoso e innecesario.


Llegué al centro en media hora y me dirigí a la oficina principal.


-¿Qué puedo hacer por usted? -dijo un joven con tono amable.
-buenos días, vine a donar una ropa.
-Señorita discúlpeme -dijo con asombro- pero esto es una gran cantidad de ropa.
-siempre es un placer ayudar a los niños.


Cuando salí del centro de donaciones, me pregunté que estaría haciendo Edward, por eso me dirigí a la casa.


Al llegar a la casa me encontré con Carlisle y Esme que se preparaban para cazar.


-¿Bella, como estas? - me preguntó Esme con ese cariño que la caracterizaba.
-Me encuentro bien Esme, gracias por preguntar. ¿Saldrán a cazar?
-Si, vamos de salida -esta vez fue Carlisle el que me respondió- ¿nos acompañas?
-Me gustaría..... Y Edward, ¿vendrá con nosotros?
-Acabo de hablar con Edward, me dijo que salió al centro, habló algo sobre una nueva cama.....


Bajé la cabeza apenada, de seguro había ido a comprar la nueva cama ya que habíamos roto la otra anoche. Gracias a Dios que Carlisle y Esme no eran como Emmett.


-Bueno, ya que sabes a donde está tu esposo, ¿nos acompañarás? - preguntó Esme.
-Claro que sí, solo esperen un momento, por favor.
-No hay problema- contestaron al mismo tiempo -tomate tu tiempo, esta vez fue Esme quien hablo.


Luego de cambiarme, los tres nos dirigimos a una reserva que había a 80 kilómetros de la ciudad.


Terminamos de cazar en poco tiempo así que nos dirigimos rápidamente a nuestras casas.


Ya en los alrededores de la casa, Esme y Carlisle se dirigieron a su casa mientras que yo tomé la ruta hacia mi casa.


Al llegar encontré a Edward en el sofá, que se encontraba en la sala con la vista hacia la gran televisión que había. Al sentir mi presencia hizo un ademán para que lo acompañara a ver las noticias. Nunca me atrajeron los noticieros, ver las noticias me aburría un motón, pero el simple hecho de estar entre los brazos de mi esposo me hacia salir corriendo hacia el sofá.


El estar acurrucada entre sus ya no tan fríos brazos - ya que mi temperatura se había igualado a la suya- me hizo recordar los días de humana cuando el se pasaba todas las noches viéndome dormir, al percibir mi lejana mirada me pregunto en qué pensaba.


-Es que no puedo creer que ya hayan pasado 4 años desde que nos vimos por primera vez.
-Tienes razón, -dijo- nunca pasó por mi mente que mi vida cambiara tan drásticamente -dijo con tono alegre y con una de sus sonrisas torcidas que siempre me cortaban la respiración-.
-Sabes, todavía no se que me viste, solo era una chica normal, excepto que mi vida siempre estaba relacionada con los accidentes -empezó a reírse con una risa de obviedad que hizo que me preguntara que había dicho que le había causado tanta gracia-.
-Bella, mi amor, es la misma pregunta que yo siempre me hago, nunca fuiste igual a los otros humanos, te quedaste sin importar el peligro.
-Edward te pido que por favor no vuelvas a decir eso -respondí con tono enojado por las absurdas conclusiones a las que siempre llegaba-
-Amor es solo la verdad.
-Acaso no entiendes que mi amor por ti es algo que nunca va a cambiar, acaso crees que eres el único que no puede vivir sin el otro -abrió la boca para empezar a hablar, pero yo lo detuve con un rápido beso-. Es que acaso necesitaré mostrártelo -ya había perfeccionado la capacidad de retirar mi escudo para que Edward fuera capaz de leer mi pensamientos, le mostré un grupo de recuerdo que tenía guardados en mi mente para ocasiones como estas, pero todavía no había llegado ni siquiera a la mitad de mis pensamientos empezó a besarme desconcentrándome por completo. No pudo aguantarse y me llevó entre sus brazos hacia nuestra cama donde empezó a besarme con mucha más pasión. pero al pasar unos cuantos segundos se detuvo y llevó su cara justo a unos cuantos centímetros junto a la mía - esto me dejo desconcertada, Edward nunca se había detenido de esa manera y a este nivel nivel de sensaciones, pero después de unos segundos pude percibir el motivo de su parada.

Venían hacia acá incluyendo a Renesmee, habían entrado y se habían dado cuenta de lo que estábamos haciendo, así que le inventaron una excusa a Renesmee y se fueron a la casa grande.

-Oh mi Dios, -dije con tono apenado, si pudiera mi cara se hubiera puesto de un color rojo chillón.

Podía oír las risas estruendosas de Emmett a kilómetros. Me estaba muriendo de la vergüenza, ¿Cómo un pude oír cuando llegaban? .Al ver mi expresión apenada, Edward empezó a reírse, cogió mi mano y me condujo hasta el armario de ropa donde nos cambiamos y nos dirigimos a la casa grande.

Cuando llegamos a la casa estaba esperando burlas y humillaciones por parte de Emmett pero todo lo que pude oír fueron llantos y consuelos, automáticamente me dirigí hacia donde estaba mi hija.

-¿Qué le pasa?- pregunté con voz preocupada, por alguna razón siempre me esperaba lo peor.
- Cálmate un poco Bella – dijo Alice -no es nada grave.
-¿Cómo que no es nada grave? -gruñí- mira cómo está llorando.

Renesmee estaba sentada en el sofá, pero no parecía llorar de dolor, más bien que parecía que lloraba de furia y decepción, esto me desconcertó, ¿Por qué estaba Renesmee tan furiosa, que le salían las lágrimas?

-¿Qué le pasa a Renesmee? –dije esta vez con voz más calmada.


-Bella mi amor –me dijo Edward con voz tranquila- No pasó nada en realidad, es solo que Jacob acaba de llamar a Renesmee diciéndole que no podía venir mañana.

Desde que nos mudamos, Jacob venía todos los viernes a pasarse el fin de semana con mi hija. Se iban a la playa o al parque. Renesmee lo esperaba con mucha alegría. A mí no me molestaba porque siempre la llevaba a los lugares donde Edward y yo no podíamos y Renesmee siempre regresaba al final del día llena de alegría.

Renesmee tardó unos minutos en tranquilizarse. Luego de eso volvió a sonreír con sus pequeños dientes blancos como perlas que dejaban ver sus hoyuelos.

-¿Por qué no nos muestras lo que compraron?-Le dije a Renesmee mientras jugaba con uno de los mechones del cabello de Edward.

Me miró con cara confusa como por medio segundo pero luego sonrió y se fue a la habitación con sus tías.

Habían comprado toda la tienda, había todo tipo de prendas, vestidos zapatos, juguetes y Renesmee me las enseñó todas en un largo y bonito desfile.

Luego del desfile Renesmee se acostó en mi regazo y se quedó dormida. Sentí un gran alivio ya que podía hablar tranquila.

-¿Jacob mencionó por qué no vendrá?

-Mencionó algo de que tenía que estudiar –me contestó Rosalie- en fin, así es mejor, ese olor a perro mojado tarda días en quitarse.

Gruñí por lo bajo, Jacob seguía siendo mi amigo y no me gustaba la actitud de Rosalie.

-¿Por qué no nos vamos ya Bella? –Edward dijo- debemos dejar a Renesmee durmiendo cómoda.

-Si tienes razón- despedí a todos y nos fuimos directo a nuestra casa, dejamos a Renesmee en su cuarto y empezamos Edward y yo nuestra conversación justo donde la habíamos dejado.

Capitulo 2:

Cuando Renesmee se levantó le dije a Edward que la bañara para que yo fuera preparándole el desayuno. A Renesmee le encantaba que la bañara Edward, porque el siempre la dejaba hacer mucho desorden y a mí no me gustaba eso, porque Renesmee salía del baño y comenzaba a mojar el piso, en eso se parecía a Emmett.



-Edward por favor no dejes que Renesmee salga del baño mojada.
-Amor, es solo una niña–divertido por el espectáculo que Renesmee hacía al salir.
-Lo sé pero hay que crearle responsabilidades.


Renesmee llegó a la cocina y se sentó en su silla esperando ansiosa su desayuno.


-Bueno hice tostadas y también cereal -ella frunció su nariz mirando con desagrado el desayuno que ya estaba servido en su plato.
-¿qué tienen de malo?.


Renesmee extendió su mano para poder enseñarme lo que quería, yo acerque mi mejilla, me mostró un pequeño prado lleno de alces y venados saltando rápidamente.


-Renesmee, ya cazaste tienes que comer comida de humanos.


ella negó con la cabeza enseñándome de nuevo lo que ella quería.


-Princesa recuerda que no eres completamente una vampira, también eres humana – le dijo Edward entrecerrando los ojos.
Renesmee dejó caer su mano y comenzó a comer su desayuno obediente y resignada por no poder haberse salido con la suya


-¿Qué quieres hacer hoy Renesmee? – pregunté entusiasmada.
-Sabes que no podemos volver por eso es que Jacob viene a visitarte –le dijo Edward en contestación a lo que ella había pensado.
-No, y es mi última palabra –dijo Edward en un tono molesto.


Renesmee no contestó, solo se limitó a seguir con su desayuno.


Después de que Renesmee se desayunara fuimos a la casa grande. Renesmee le contó a Esme que Edward la había regañado. Emmett y Jasper comenzaron hacer lo que mejor hacen, darle todo lo que Renesmee quería.


-Edward por qué regañaste a Renesmee –dijo Esme preocupada.
-Jacob no viene este fin de semana y ella quiere ir a Forks y ella sabe que no podemos volver.
-Edward, trata de entender es solo una niña.
-Renesmee quieres salir con nosotros –dijo Emmett.-Ella asintió con la cabeza emocionada con la idea de salir a divertirse con sus tíos favoritos.


Después de que se fueron llamé a Jacob, para preguntarle por qué no venía. El nunca se perdía la oportunidad de venir a ver a Renesmee. Cuando lo llame, Billy me dijo que no estaba que lo llamara dentro de una hora.


-Amor voy a salir, te llamo después, ¿sí? – me dijo Edward
-¿A dónde vas?.
-Primero voy a comprar algo que necesito para el volvo, luego iré a comprarle un regalo de disculpa por gritarle ahorita a Renesmee.
-Esta bien, te amo –Edward me abrazo y luego me beso de una manera apasionada.


En lo que Edward hacia sus cosas, regresé a la cabaña y me puse ordenar el desorden que dejaron Edward y Renesmee en el baño.


Luego arreglé su cuarto, puse su ropa limpia en su gigante armario. Todavía no sé como Alice me convenció de hacer este closet tan grande, me puse a limpiar la cocina y cuando vi la hora, había pasado el tiempo tan rápido, tome el teléfono y llamé a Jacob para ver si tenía mejor suerte de encontrármelo.


-¿Aló? –dijo Billy.
-Billy soy yo, Bella ¿Jacob está en casa?
-Si acaba de entrar por la puerta déjame ponértelo, saludos a los Cullen.
-Se los daré, gracias Billy.
-Jacob coge el teléfono es Bella.
-Aló, Bella ¿Cómo estás? –dijo Jacob.
-Bien y ¿tu Jacob? –dije preocupada.
-Muy bien, pero y ese tono de preocupación.
-Es que Renesmee me dijo que no venias este fin de semana y desde que nos mudamos nunca dejaste de venir ni que estuvieras enfermo.
-Si, es que se me complicaron los estudios –a Jacob se le notaba que me estaba ocultando algo e iba a llegar al fondo de eso.
-¿De verdad? –dije con sarcasmo.
-Si, de verdad, desde que se fueron todo a estado muy tranquilo, por eso puedo ser el mismo Jacob de antes de transformarme en licántropo.
-Bueno me alegro por ti, que todo está funcionando.
-¿Cómo está Renesmee? –dijo preocupado.
-Lo sabrías si estuvieras aquí.
-Vamos Bells, sabes que si no estoy allá es por algo- dijo con remordimiento.
-Esta bien, solo que quería ir a verte a La Push
-¡Qué! -me gritó por el auricular sombrado por la idea de Renesmee
-Sabes que ella te quiere mucho, Edward le dijo que no podíamos volver, y al final ella accedió esperar hasta la próxima semana.
-Es que es una buena niña.
-Pero Jake todavía no te creo que vayas a estudiar este fin de semana.
-Pues créelo –me dijo con en un tono de arrogancia.
-Jacob te busca Camille –dijo Billy desde el otro lado del teléfono.
-Ya voy, bueno Bells te llamo después que tengo visitas –dijo ansioso.
-Está bien, cuídate.
-Claro, dale un beso a Renesmee de mi parte
-Lo hare.


Después de que hable con Jacob, llame a Charlie para saber cómo iba todo por allá.
-Papá ¿Cómo estás? –dije preocupada.
-Bella, estoy bien, no te preocupes mucho.
-Papá ¿Cómo esta Jacob?
-Bueno, por lo que me dice Billy, el está bien, aunque está descuidando los estudios. Billy me dijo que está viendo una muchacha creo que se llama Camille.


Cuando Charlie me dijo que está descuidando los estudios me puse furiosa. ¿Por qué Jacob me dijo una mentira? ¿Por qué estaba haciendo eso?
-¿Cuando nos vienes a visitar?
-No lo sé tal vez el próximo mes.
-Esta bien, cuídate papá te quiero.
-Siempre lo hago, yo también te quiero.


Cuando termine de hablar con Charlie, me puse a pensar, si Jake estaba improntado de mi hija él no podía sentir nada por otra persona que no fuera Renesmee. Al menos que está jugando con los sentimientos de esa tal Camille.


Llamé a Edward para decirle que estaría en la casa grande esperando a Renesmee.


-¿Qué pasa amor? –me contestó al primer tono.
-Nada, te estoy llamando para decirte que voy a estar en la otra casa –dije algo preocupada.
-¿Te sucede algo?
-No, estoy bien, no hay nada de qué preocuparse.
-¿Segura?
-Si, por cierto, te amo.
-Yo también, nos vemos en la casa grande.


Cuando cerré el teléfono, me cambie de ropa, para que cuando Renesmee viniera, ella, Edward y yo nos fuéramos a dar un paseo, para que no extrañara a Jake tanto.


Cuando llegue a la casa grande me encontré a Carlisle y a Esme hablando.
-Hola hija ¿Cómo estás? –dijo Carlisle con una sonrisa.
-Bien, no quise interrumpir, es solo que vine para esperar a Renesmee, quiero salir con ella y con Edward para que no extrañe mucho a Jacob.




-Bella sabes que nunca interrumpes, eres una hija mas para nosotros –dijo esta vez Esme con toda la sinceridad del mundo.
-Las dejo que voy al estudio –Cuando Carlisle iba para el estudio me dio un beso en la frente y luego le dio un beso a Esme.
-Esme de causalidad sabes si Jasper y Emmett van a tardar mucho con Renesmee –dije ansiosa.
-No sé, pero sabes que a Renesmee no le pasara nada estando con sus tíos.
-Lo sé pero como les dije antes quiero salir con ella y Edward.
-¿A dónde quiere llevarla Bella?
-A un nuevo parque de diversiones.
-Me alegro que salgan en familia.


Al poco tiempo escuche un carro en la carretera supuse que era Emmett, por lo rápido que iba. Siempre le decía a Emmett que no manejara tan rápido cuando estuviera con mi hija, pero como siempre no me hacía caso.


Renesmee entró corriendo hacia donde mí, con sus bracitos llenos de bolsas y paquetes, las dejó todas en el suelo y saltó hacia donde mi abrazándome cariñosamente, luego empezó a mostrarme todo lo que había comprado, pieza por pieza sin escatimar en detalles.


-Renesmee -dije interrumpiéndola en un hermoso vestido celeste que Jasper le había comprado.- por qué no me lo muestras más tarde y nos vamos todos a un parque nuevo que hay.


No necesite ninguna confirmación, Renesmee salió hacia su cuarto, emocionada y dando pequeños saltos parecidos a los de Alice


Espere para que Renesmee subiera para poder regañar a Emmett.


-Emmett te he dicho millones de veces que cuando estés con mi hija no manejes tan.
-Bella relájate nada le va pasar a Renesmee estando conmigo, sabes que la quiero mucho.
-Lo se Emmett pero no lo puedo evitar es mi hija.
-Bella te puedo preguntar algo –dijo Jasper algo curioso.
-Si claro.
-Por qué quieres ir con Edward y Renesmee al parque de diversiones.
-Es para que Renesmee vea que también puede salir con nosotros, y casi nunca salimos como familia –dije apenada.
-Te molesta si fuéramos con ustedes –dijo Emmett.
-No claro que no, en lo absoluto.
-Por cierto ¿y Edward? –pregunto Jasper
-Hable con él hace como una hora, supongo que viene de camino.
-¿A donde fue?.
-Creo que fue a arreglar algo del volvo y fue a comprar un regalo de disculpa para Renesmee –dije la última palabra susurrando para no estropear la sorpresa.


Edward me llamo al celular y me dijo que en 5 minutos estaría en la casa grande, a lo que lo esperaba Renesmee se cambio y bajo las escaleras danzando, en ese momento escuche el volvo de Edward que se estaba estacionando.


No pude esperar para que Edward abriera la puerta. Salí corriendo y me le tire encima, la reacción de Edward fue besarme apasionadamente, Jasper tuvo que raspear la garganta, para recordarnos que no estábamos solos.


-Hermano, ese es el ejemplo que le das a tu hija –dijo Jasper con una gran sonrisa.
-Lo siento, pero por qué están tan bien arregladas –me preguntó Edward curioso.
-Quiero llevar a Renesmee al nuevo parque de diversiones –le dije emocionada.
-Amor, estas más emocionada que la misma Renesmee.
- Casi nunca podemos salir en familia.
-Bueno, princesa ven acá –dijo Edward.


Renesmee lo miraba extrañada mientras se acercaba hacia él.
-Bueno quisiera que me perdonaras por haberte gritado en la mañana, por eso te traje esto.


Edward le entrego un gran regalo, Renesmee abrió el regalo en menos de 10 segundos. Cuando lo abrió pude ver que era una gran casa de muñecas, de color rosada.


-La vendedora dijo que es lo más nuevo que tienen.


Renesmee abrazó a su padre y empezó a besarlo muchas besos en su mejilla, luego salió corriendo con su regalo en las manos para llevarlo a la habitación de juegos.


Nos fuimos al parque, todos incluyendo a Carlisle y Esme. Renesmee fue la que más disfruto el viaje y me alegraba mucho, ya que el viaje era para que ella no se acordara que Jacob le falló.




Renesmee se la pasó muy bien, se subió a casi todas las atracciones donde podía, Alice tomó tantas fotos que lleno la memoria de la cámara,
Cuando salimos del parque mi hija y yo nos acomodamos en el asiento de atrás ya que Renesmee estaba tan cansada que los párpados le pesaban. Durante el viaje de vuelta a casa Renesmee se rindió y se quedo dormida.
Puse su mano en mi cara para poder ver que soñaba. Al principio solo pude ver colores brillantes, pero luego empecé a ver rostros y sonidos –la canción que Edward le compuso –Pude ver todos nuestros rostros, el parque y ya casi al final la cara de Jacob sonriéndole a Renesmee.


Al llegar a la casa, Renesmee se encontraba totalmente dormida, la dejamos durmiendo en su habitación en la casa grande, ya que Edward, Alice y yo nos fuimos a cazar a un bosque cercano.


La mañana siguiente comenzó tan cotidiana como las otras, debido a que Renesmee se había quedado en la casa grande no tuve la necesidad de preparar el desayuno.
Cuando Edward y yo llegamos a la casa grande Renesmee ya estaba despierta, se encontraba en la habitación de juegos que Esme había decorado, tenía el tema de cuentos de hadas.
-¿Cómo estas preciosa? –dijo Edward refiriéndose a mi hija.
Renesmee dejo sus juegos y salto hacia su padre. Yo me senté en un sillón que había, siempre disfrutaba observar la relación que Edward y Renesmee tenían.
.¿En serio? –dijo Edward refiriéndose a algo que Renesmee le había contado.
-¿Qué pasa, que te contó? –le pregunte a mi esposo.
-Es que Renesmee me dijo que termino de leer “Orgullo y Prejuicio”.
-Que bien Renesmee –aplaudí- Ya eres toda una lectora.


Renesmee me sonrió ampliamente, dejando ver sus dientes y sus hoyuelos, luego salto del regazo de su padre a la nueva casa de muñecas que Edward le había comprado hace poco.
Edward y yo nos pasamos medio día viendo a nuestra hija jugar, de vez en cuando Edward me besaba la mejilla y me susurraba al oído que me amaba.





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